Tamara Chayo Romo tiene 21 años y es una de las fundadoras del emprendimiento mexicano que, en medio de la pandemia, busca generar un impacto positivo con sus Equipos de protección médicos reutilizables.
Tamara Chayo Romo formó parte de voluntariados desde pequeña y siempre estuvo interesada en la investigación, de hecho, generaba investigaciones por su cuenta. “Eso, conjugado con la parte social que me inculcaron mucho mis padres es la razón por la cual comenzó MEDU”, destaca la estudiante de ingeniería Química de la Universidad de La Salle en México.
MEDU nació de una pregunta digna de una investigadora en medio de una pandemia ¿Se puede reducir el impacto ambiental de la industria médica y también generar impacto social? “Todos los insumos, los cubrebocas, los guantes, absolutamente todo está llegando al mar y no estamos entendiendo el punto que es que esta pandemia se originó gracias a la contaminación”, reflexiona Tamara. Esta reflexión fue la que la llevó a crear una firma de insumos médicos basados en telas reutilizables. Se trata de una tela que no se utilizaba en el sector de salud, pero si en laboratorios de investigación bacteriológica y viral. Este material permite su reutilización hasta 50 veces y, a su vez, incorporan un compuesto químico desinfectante que reacciona a la composición molecular del traje y permite aumentar el número de usos que se tienen durante el día. Al final de su uso, a la tela se le puede dar una segunda vida como envoltorio. “Ahora mismo estamos trabajando para conseguir una certificación en México que nos permita generar confianza y demostrar que la segunda vida se puede dar. Nuestros productos son seguros y reutilizables”, sostiene Tamara, quien arrancó el proyecto gracias a la ayuda de familiares y amigos, con quienes confeccionaba los trajes.
Hoy MEDU está formada por un equipo de ocho personas que se encuentran en México, Chile y Estados Unidos, y lleva entregados 5.000 equipos de protección médica en hospitales de zonas vulnerables de México. Tamara explica que el salto profesional fue gracias a su participación en el programa de aceleración TrepCamp en el que conoció a Ander y Alexis, quienes completan el equipo y la ayudaron a plantear a MEDU como un negocio de impacto.
“Creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado”, asegura Tamara al hablar sobre su participación como Fellow de la edición del programa en español 2020-2021 de Yunus & Youth. “Me ha ayudado a encausar bastante qué es lo que quiero hacer, como lo que hacer y sobre todo cómo aplicarlo en MEDU”, asegura y destaca: “Amo a mis mentores, de verdad los amo, la apertura que han tenido conmigo, realmente se han puesto la camiseta y nos han hablado bastante de lo que han hecho. Creo que hicimos un muy buen match, sé que todo el equipo de Yunus & Youth trabajó para colocarnos mentores que estén enfocados a la parte en la que estuviéramos trabajando”.
Tamara aclara que, en un emprendimiento como MEDU , uno de los mayores desafíos recae en la parte burocrática. “Como un equipo de protección es un insumo médico, necesitas tener ciertas certificaciones y toda la parte de certificaciones en México es súper burocrática. En nuestro caso se hicieron las pruebas y en lugar de salir en seis meses, la certificación salió en un mes. Nuestra ventaja era que la tela que usamos para los trajes ya contaba con las certificaciones de la Food and Drug Administrations (FDA), en Estados Unidos y de la Agencia Europea”, cuenta Tamara y agrega que también tuvo que aprender a trabajar en la gestión del equipo: “Tenemos compañeros en otros países y es difícil coordinar con la diferencia horaria Además, mantener el ánimo en estas circunstancias es complejo. El hecho de saber que tienes que dar, no tu 100%, si no tu 200% en una pandemia, que no puedes estar cerca de los que quieres, que aparte te enfermas y no puedes hacer mucho… Creo que eso nos vino a ubicar un poquito a nosotros, a decir ’somos humanos’. Hemos aprendido bastante”, asegura.
De aquí a diez años MEDU busca reducir el 20% de los desechos que se generan por la industria médica. ”Nuestro plan, así como muy a futuro, es que de aquí a 50 años realmente la industria médica genere solamente el 10% de los desechos que genera hoy”, afirma la emprendedora. Cuando se le pregunta qué le diría a otros emprendedores sociales, Tamara no duda ni un segundo y responde “enamorense del problema y no de la solución”. ”No te tienes que enamorar de la solución que tú le das al problema, sino del problema per sé. Te vas a ahorrar muchísimos problemas, te va a solucionar la vida, porque vas a entender que lo que tú quieres hacer es resolver el problema, no vender tu idea, no impactar con tu idea, sino solucionarlo”, aclara. Es en esta línea que Tamara llama a otros emprendedores sociales a postularse como Fellows de Yunus & Youth: “Es un programa muy cercano y realmente vale la pena crecer de la mano con otras personas que están viviendo lo mismo que tú”.